A todos tarde o temprano nos pasa. Se nos calienta el carro, y no siempre sabemos cómo responder a esta situación.

Lo primero que debes hacer es alinearte en un lugar seguro y colocar las señales de alerta para protegerte a ti y a tu carro.  Una vez hecho esto, puedes echarle un mejor vistazo al carro para determinar cuál puede ser el problema.

  1. Verifica que las rejillas del radiador no estén tapadas.  A veces, el sucio puede haberse incrustado en ellas y solo necesitas algo de agua para limpiarlas y destaparlas.
  2. Si el carro está demasiado caliente, debes – por tu seguridad – alinearte y llamar a una grúa que te lleve a un taller mecánico.  Es posible que el problema sea el circuito de refrigeración.
  3. ¿Cómo está de “coolant”?  Si se ha quedado sin coolant o líquido refrigerante, en caso de emergencia puedes recurrir a llenarlo con agua hasta que puedas comprar coolant o llegar a un mecánico.  Pero debes esperar a que el motor enfríe para no correr el riesgo de quemarte.
  4. Otro posible causante es un termostato atascado.  Un problema de este tipo puede bloquear e impedir que el coolant corra entre el motor y el radiador.

De cualquier modo, tu seguridad sigue siendo lo principal.  Asegúrate de que un carro caliente esté estacionado, y apagado.  Mantén abiertas las puertas y ventanas, protegiéndote las manos para evitar quemaduras debido a las temperaturas altas. Si no te sientes totalmente seguro verificando las posibles situaciones, llama de inmediato a un mecánico o una grúa que lleve el carro a un centro de servicio.