Es curioso que los autos de carrera… y las carreras de autos, valga la redundancia, sean asociadas únicamente con hombres.  Por error, muchas veces se asume erróneamente, que las mujeres en los circuitos de las carreras de autos están limitadas a las promotoras y modelos, pero desde los 70’s ya había una mujer en el ambiente que rompía los estereotipos.

Janet Guthrie, natural del estado de Iowa, nació en el 1938, y a su honor tiene el haberse convertido en el 1977 en la primera mujer piloto en correr en los famosos Indy 500 y Daytona 500, quedando en doceavo lugar.  En el 1976 ya se había convertido en la primera mujer en competir en la copa NASCAR.

Janet no estaba ajena a los estereotipos de moverse en un mundo dominado por hombres.  Graduada de física, Guthrie se desempeñó como ingeniera aereoespacial hasta descubrir que su pasión eran los autos de carrera.  Una celebridad entre sus pares, no sólo competía, sino que igualmente se convirtió en la cara de Texaco y Havoline para anuncios en los que mostraba sus habilidades como conductora y como maximizar la vida de su auto.  

Su talento, habilidad innata y simpatía le ganaron honores y sin duda, un sitial importante para todas las mujeres en la industria.