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¿Seguimos? ¡Sí!

Pues aquí le vamos, una vez más a pluma y papel.  La verdad es que el embeleco del vlog me encanta (sí amigos, es un “vlog” porque es un VIDEO blog) pero estoy consciente de que tengo que hacer un poquito más de research para conseguir los juguetitos o “gadgets” que necesito para “pimpiar” mi estudio de grabación móvil.

Desde que subí ese primer video, miren que he recibido sugerencias.  Que si el “stand” para aguantar el celular fijo, que si debo irme más sofisticada y cambiar el celular por una camarita go-pro.  Me han sugerido desde temas que tocar, me han dicho que debo dar el tour de mi carro (para conocer ese rinconcito desde el que he escrito por tanto tiempo), por si fuera poco, me han sugerido que les permita acompañarme en mis visitas al taller, para poder tomar nota de las orejitas para su vehículo.

En fin, yo que creía que llevaba escribiendo tanto tiempo, y resulta que esta aventura apenas comienza, así es que abróchense los cinturones que ¡ahora sí que vamos a dar La Milla Xtra!

Un, dos, tres ¡grabando!

Ok, esto puede cualificar como un poquito de locura, y otro poquito de atrevimiento.  Me tiré la maroma de tratar de grabar mi primer video blog.  ¡Cójanlo con calma conmigo, que estoy aprendiendo!  (pero creo que ya le voy cogiendo el gustito)

¡A ver qué me invento!

Ay amigos de La Milla Xtra, no sé si ustedes están en las mismas, pero como que la llegada del mes de mayo llega con su propio puñado de retos.  El año escolar está en la recta final (se acercan los exámenes finales, fin de clases, principio de verano, exceso de ocio), pero igualmente, uno parece estar más tiempo en la calle de lo usual.
No sé si es que uno anda apagando fuegos, buscando materiales para todos esos proyectos de fin de curso, o es que ya estamos anticipando la necesidad imperante de buscar un campamento antes de que los hijos empiecen a trepar paredes y andamos de una feria de campamentos a la próxima, pero me siento que vivo en el carro, que el baúl del carro empieza a parecer un gran closet dónde se acumulan los materiales de cuanto proyecto existente,  y que cada vez son menos los “intermedios” que me permiten sacar mi bolígrafo para ponerme a escribir.  ¡Pero que no cunda el pánico! Que este desahogo es justo y necesario para mantener la cordura.  Tranquilos, que ya algo se me ocurre, y mientras tanto, sigo corriendo, escribiendo, y tratando de dar “la milla xtra”.

“Como el carrito del gas”

Hoy, posiblemente por lo ajetreado del día,  reflexiono sobre una muy nuestra y que aún busco su origen.  “Ando como el carrito del gas.”  Lo hemos escuchado mil veces, y la hemos usado mil veces más.  Lo curioso es que nadie sabe de donde viene, todo el mundo la utiliza y más aún me parece súper interesante podemos saber exactamente lo que dicen, sin decir nada.

 

  • ¿Y tú qué has hecho hoy?
  • Pues he estado como el carrito del gas.

¿Qué es el carrito del gas y qué hace todo el día? Pues a saber, porque yo lo que he hecho es ir a la escuela, hacer diligencias, ir al colmado, etc.  

Nada, que me he quedado con la duda del origen de este dicho popular y Google no ha cooperado para ayudarme a salir de la incógnita, así es que amigos de La Milla Xtra, cuento con ustedes.  ¿De dónde sale la frase?  Vamos, yo sé que entre nuestros lectores habrá quien nos ilumine, y nos saque de dudas.  Mientras, y con el listín de tareas a medias, guardo el bolígrafo y la libreta, doy vuelta a la llave y sigo… como el carrito del gas.

Mi carro es mio-mio

2:21 pm, viernes estacionada en casita

Ay, yo tengo que confesarles algo.  Nunca me he sentido como una persona obsesiva-compulsiva.  Tampoco he sentido que soy esta ultra-fanática de los carros… hasta esta semana.  No sé si a ustedes les ha pasado, pero esta semana tuve que intercambiar autos con mi marido.  Tenía visita y mi guagua era más cómoda para el carreteo de sus invitados.   En cambio, me tocó a mí, su auto deportivo.  ¿Suena como tremendo trueque, verdad?  En teoría, parecería que había salido yo ganando.  Un auto deportivo, modelo más nuevo que el mío ¿cómo quitarme par de años de encima? ¿Botox sobre ruedas?  Ay, pues no.  Ahí es que me enteré de que soy muy maniática y menos “chic” de lo que pensaba.

Mi carro es mi santuario.  No solo escribo desde aquí y me lleva y me trae, sino que me doy cuenta de que mientras más tiempo paso en él, más uno lo personaliza.  Aquí sé donde está todo.  Tengo los gadgets que quiero y que necesito para facilitar mi vida.  Mi carro me conoce, tiene la temperatura a mi gusto, el asiento a mi altura.  

Esta semana, lo extrañé.  Me sentí disfrazada en un auto que no era el mío, perdida en la vía con este extraño.  Changuería full, estoy clara.  Pero sirve para establecer una vez más lo importante que son los autos en nuestra vida.  Los autos son más que un lleva y trae y mientras yo esté de vuelta en el mío, ¡y seguiré escribiendo!

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