7:01 a.m., desde casa – No sé si lo han notado, pero por lo menos en casa, después de tanta lluvia, los mosquitos están fuera de control.

Usualmente, prendo la guagua y la dejo calentar mientras voy montando todos los motetes de nuestra larga jornada. En el proceso, dejo la puerta abierta y ahí es que hacen fiesta los incontrolables mosquitos.

Ernesto se pone histérico; empieza hasta a estornudar. Pero, como por lo regular vamos con prisa, no puedo esperar a sacar a todos los mosquitos. Como la necesidad es uno de los mejores motores de la creatividad, me puse a buscar si en Internet hay consejos para manejar el asunto, y para mi sorpresa, sí, hay. Mi papá siempre me decía que cuando entraba un mosquito, prendiera el aire acondicionado bien alto y bajara un cristal. Según él, algo con la presión provocaba que el mosquito se saliera. Yo no entendía, pero lo hacía y funcionaba.

Hoy, finalmente, acabo de encontrar otra explicación a su teoría. Resulta que al prender el aire (no tiene que ser en Max. Siempre y cuando esté bien frío), la temperatura en la cabina disminuye y el insecto se desorienta. Entonces, al bajar el cristal del vehículo, si la temperatura de afuera es más caliente, el insecto saldrá en busca de calor. No lo digo yo, ni mi papá, lo dice el portal Circulaseguro.com.

Lo voy a probar ahora. Cuéntenme ustedes también cómo les va.