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¡A coger calle!

3:15 pm. 93 grados de temperatura en la isla del encanto, ¿y yo? Sofocada esperando a que Ernesto me vea desde el parque donde vino a pasar el día con los amigos.  Uno se debate entre el “¡finalmente verano!” y el “no veo la hora en que empiecen las clases.”

¡Oh sí! No sé si a ustedes les pasa igual.  Llega el verano y a uno le da una piquiña terrible por coger calle.  Atrás quedan los estreses de los exámenes finales, y las prácticas interminables de Ernesto.  Y aún con un presupuesto limitado, las vacaciones no se hacen esperar.  Yo “por si las moscas” ando lista.

Tengo ready el Playlist del Verano que vi en La Milla Xtra, así como el Kit Veraniego que no puede faltar en todo carro.

A fin de cuentas, lo que hace de el verano unas vacaciones inolvidables, son los recuerdos que creamos, el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, las risas, las escapadas de último momento y la espontaneidad que debe reinar en estos días de sol.  ¡Total! Qué ganamos con quejarnos del calor, los polvos y los muchachos “aburridos” porque no tienen nada qué hacer.  En un suspiro, estamos de vuelta al back-to-school, a la rutina de locos, a amanecer temprano, coger el tapón para la escuela, las tardes entre prácticas y tareas.

¡Nah! Déjenme mejor con el calorcito, que nada que una leve escala en la playa, de regreso a casa, no logre resolver.

¿Quieres seguir haciendo vlogs en el carro? ¡Cuídalo!

Está chévere que quieras seguir haciendo tus vlogs, pero que eso no interrumpa el itinerario de mantenimiento de tu auto.

 

¿Qué manías tienes al conducir?

Noelia le está cogiendo el gustito a crear sus video blogs o “vlogs,” y hoy nos comparte algunas de sus manías al conducir.

¿Seguimos? ¡Sí!

Pues aquí le vamos, una vez más a pluma y papel.  La verdad es que el embeleco del vlog me encanta (sí amigos, es un “vlog” porque es un VIDEO blog) pero estoy consciente de que tengo que hacer un poquito más de research para conseguir los juguetitos o “gadgets” que necesito para “pimpiar” mi estudio de grabación móvil.

Desde que subí ese primer video, miren que he recibido sugerencias.  Que si el “stand” para aguantar el celular fijo, que si debo irme más sofisticada y cambiar el celular por una camarita go-pro.  Me han sugerido desde temas que tocar, me han dicho que debo dar el tour de mi carro (para conocer ese rinconcito desde el que he escrito por tanto tiempo), por si fuera poco, me han sugerido que les permita acompañarme en mis visitas al taller, para poder tomar nota de las orejitas para su vehículo.

En fin, yo que creía que llevaba escribiendo tanto tiempo, y resulta que esta aventura apenas comienza, así es que abróchense los cinturones que ¡ahora sí que vamos a dar La Milla Xtra!

Un, dos, tres ¡grabando!

Ok, esto puede cualificar como un poquito de locura, y otro poquito de atrevimiento.  Me tiré la maroma de tratar de grabar mi primer video blog.  ¡Cójanlo con calma conmigo, que estoy aprendiendo!  (pero creo que ya le voy cogiendo el gustito)

¡A ver qué me invento!

Ay amigos de La Milla Xtra, no sé si ustedes están en las mismas, pero como que la llegada del mes de mayo llega con su propio puñado de retos.  El año escolar está en la recta final (se acercan los exámenes finales, fin de clases, principio de verano, exceso de ocio), pero igualmente, uno parece estar más tiempo en la calle de lo usual.
No sé si es que uno anda apagando fuegos, buscando materiales para todos esos proyectos de fin de curso, o es que ya estamos anticipando la necesidad imperante de buscar un campamento antes de que los hijos empiecen a trepar paredes y andamos de una feria de campamentos a la próxima, pero me siento que vivo en el carro, que el baúl del carro empieza a parecer un gran closet dónde se acumulan los materiales de cuanto proyecto existente,  y que cada vez son menos los “intermedios” que me permiten sacar mi bolígrafo para ponerme a escribir.  ¡Pero que no cunda el pánico! Que este desahogo es justo y necesario para mantener la cordura.  Tranquilos, que ya algo se me ocurre, y mientras tanto, sigo corriendo, escribiendo, y tratando de dar “la milla xtra”.

“Como el carrito del gas”

Hoy, posiblemente por lo ajetreado del día,  reflexiono sobre una muy nuestra y que aún busco su origen.  “Ando como el carrito del gas.”  Lo hemos escuchado mil veces, y la hemos usado mil veces más.  Lo curioso es que nadie sabe de donde viene, todo el mundo la utiliza y más aún me parece súper interesante podemos saber exactamente lo que dicen, sin decir nada.

 

  • ¿Y tú qué has hecho hoy?
  • Pues he estado como el carrito del gas.

¿Qué es el carrito del gas y qué hace todo el día? Pues a saber, porque yo lo que he hecho es ir a la escuela, hacer diligencias, ir al colmado, etc.  

Nada, que me he quedado con la duda del origen de este dicho popular y Google no ha cooperado para ayudarme a salir de la incógnita, así es que amigos de La Milla Xtra, cuento con ustedes.  ¿De dónde sale la frase?  Vamos, yo sé que entre nuestros lectores habrá quien nos ilumine, y nos saque de dudas.  Mientras, y con el listín de tareas a medias, guardo el bolígrafo y la libreta, doy vuelta a la llave y sigo… como el carrito del gas.

Chapaletas no incluidas

Ustedes saben, porque ya nos conocemos, cuánto tiempo paso en el carro.  Saben que no existe tapón al que le tema, ni distancia a la que le saque el cuerpo.  ¿Pero saben cuando NO me van a encontrar en el carro?  En medio de un aguacero torrencial, tormenta tropical o “chubasco repentino”.  

HELLO!  Parecería sentido común, nuestro reportero del tiempo favorito no hace más que decir que las carreteras están en condiciones precarias dada la cantidad de agua recibida, y al parecer, eso es suficiente para despertar a los intrépidos.  Una invitación a sacar el superhéroe en ti, a llamar a los poderes de Aquaman, Nemo y la Sirenita a salir en tu nave omnipotente a conquistar el mundo (y la Martínez Nadal).

Gente, cuando las condiciones del tiempo estén así, y los reporteros del tiempo te dicen que te quedes en casa, ¿qué tal si les haces caso y te quedas en casa?  Basta ver las imágenes de los autos que no volverán a ser los mismos (ni a oler igual). ¿Tú saldrías a la calle con una venda sobre los ojos?  ¿No verdad? Con los ojos cerrados no hay quien vea los hoyos en la carretera.  ¡Ajá!  ¿Entonces por qué arriesgarte? ¿Porqué poner en riesgo la vida tuya, la de tus pasajeros, y la de los demás en el auto?  No hay razón.  Además, si los autos se hubieran hecho para navegar las carreteras de Puerto Rico bajo un soberano aguacero, vendrían con chapaletas.

O guías tú o guío yo

Los otros días me topé con un meme que me hizo la mañana.  Preguntaba sobre la veracidad de los conductores del asiento posterior, y la contestación era sencilla.  FALSO: No existen, por eso es que hay guía y pedales solo en la parte anterior del carro.

A todos nos pasa, siempre tenemos ese familiar a quien ofrecemos (o acordamos) darle pon de aquí a allá.  La mayor parte de las veces, inocentemente comienza con una sugerencia, “oye, yo usualmente cojo por la central.”  Otras, es un poquito más directa “hazme caso y coje por donde yo te digo.”  La realidad es que en cualquier otra área de tu vida, una sugerencia no suena tanto como una ley seca y una ofensa personal.  Tu carro es un área tan personal, tu dominio particular, tu reino, que nada ni nadie puede venir a dar órdenes, desde cambiarte tu estación de radio favorita hasta decirte cómo conducir y qué ruta tomar.  ¿Nos saca de tiempo no?  Pero al parecer, la ira no es infundada y me di a la tarea de buscar cuántos se sienten como yo.  En medio de mi búsqueda, me encuentro con un artículo británico que ofrece cifras interesantes.  Cuando buscan las principales razones para distracciones en el auto, los números no mienten*:

  • 31% otros pasajeros
  • 27% estar cambiando música mientras se conduce
  • 20% estar comiendo y bebiendo en el vehículo
  • 51% conductores del asiento posterior

Entonces, ¿cuál es la solución?  Sé sincera.  Diles que aunque su consejo es apreciado, puede ser una distracción mientras conduces.    Sé amable y ofrécele la opción de conducir, como medio para solucionar el problema.  Antes de arrancar con un conductor de asiento trasero, ármate de paciencia, planifica tu ruta, pon la música en el carro y ocúpalos con alguna tarea.  Piensa que la travesía es temporera y las relaciones son a largo plazo.  Ahora yo, que voy de camino a recoger a mi mamá…. trataré de aplicarme el cuento.

 

*Fuente: Back seat drivers cause seven accidents near misses, chances you're guilty.

Mi carro es mio-mio

2:21 pm, viernes estacionada en casita

Ay, yo tengo que confesarles algo.  Nunca me he sentido como una persona obsesiva-compulsiva.  Tampoco he sentido que soy esta ultra-fanática de los carros… hasta esta semana.  No sé si a ustedes les ha pasado, pero esta semana tuve que intercambiar autos con mi marido.  Tenía visita y mi guagua era más cómoda para el carreteo de sus invitados.   En cambio, me tocó a mí, su auto deportivo.  ¿Suena como tremendo trueque, verdad?  En teoría, parecería que había salido yo ganando.  Un auto deportivo, modelo más nuevo que el mío ¿cómo quitarme par de años de encima? ¿Botox sobre ruedas?  Ay, pues no.  Ahí es que me enteré de que soy muy maniática y menos “chic” de lo que pensaba.

Mi carro es mi santuario.  No solo escribo desde aquí y me lleva y me trae, sino que me doy cuenta de que mientras más tiempo paso en él, más uno lo personaliza.  Aquí sé donde está todo.  Tengo los gadgets que quiero y que necesito para facilitar mi vida.  Mi carro me conoce, tiene la temperatura a mi gusto, el asiento a mi altura.  

Esta semana, lo extrañé.  Me sentí disfrazada en un auto que no era el mío, perdida en la vía con este extraño.  Changuería full, estoy clara.  Pero sirve para establecer una vez más lo importante que son los autos en nuestra vida.  Los autos son más que un lleva y trae y mientras yo esté de vuelta en el mío, ¡y seguiré escribiendo!

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