9:10 a.m., estacionamiento de la oficina: ¡Estoy indignada! Cuando iba de camino a llevar a Ernesto, conté a más de 8 personas conduciendo (osea, con el pie en el acelerador) y mirando sus celulares.

¡8 personas!

Gente, esto es un crimen. Es muy fuerte y peligroso. Sé que ya les he escrito de esto, pero es que no dejo de sorprenderme. Parecemos zombies. Me pregunto si ya las compañías de seguro tienen alguna estadística relacionada con choques provocados por conductores usando celulares. De veras que estoy muy molesta y preocupada. Tanto que me voy con este castiguito, como en la escuela elemental (hazlo conmigo si te animas):

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.

No volveré a usar el celular mientras guío.