2:10 p.m., en un servi carro que no avanza – Siempre he pensado que las cosas pasan por una razón, y hoy estoy convencida de que mi blog de la semana pasada fue algo así como un “presagio”.

El jueves, cuando regresaba a casa del baloncesto de Ernesto, me llamó mi hermana para contarme que la habían chocado. Mi hermana estaba esperando en la luz roja cuando sintió el golpe. Estaba bien ansiosa y me transmitió su ansiedad, así que no aguanté mucho y me fui para el lugar del accidente.

Cuando llegué y vi cómo el “bumper” trasero del carro de Mara estaba enganchado en el “bumper” delantero de la guagua de la otra conductora, me dio pánico pues pensé que para chocar a alguien así la pobre tenía que haberse mareado o dormido, porque el carro evidenciaba que la señora nunca frenó.

Me le acerqué y le pregunté si estaba bien. Me dijo que sí y empezó a hablarme disparates. Yo no sé si estaba borracha, medicada o qué, pero esa señora no encontraba ni el celular, ni la licencia ni sabía cómo encender las luces de emergencia de la guagua. Mientras esperamos por una patrulla, la señora me contó de todo (mi hermana no le hacía caso porque estaba molesta) e iba de la dulzura más noble a la rabia más temida. Me gritó en varias ocasiones porque, según ella, yo no quería prestarle mi celular. El punto es que la señora no estaba bien.

Cuando llegó la patrulla, tomaron la querella sin la licencia de conducir de la señora porque no la tenía y se fueron escoltándola hasta su casa. Ni mi hermana ni yo hemos vuelto a saber de ella, pero el carro, fue declarado pérdida total y ahora mi hermana está a pie, sin carro y con una querella incompleta para terminar su trámite de reclamación. “Demándala”, le ha dicho par de gente a mi hermana, pero nosotros no tenemos corazón para eso y la verdad es que seríamos mucho más felices si en vez de estar demandando con cada choque, optamos por no permitir que una persona con condiciones mentales tenga acceso a las llaves de un vehículo de motor.

Así nos evitaríamos muchos malos ratos como el de Mara.

¡Los veo en la próxima!