3:35 p.m., estacionamiento del médico en Río Piedras – ¿Alguna vez han peleado con ustedes mismos por alguna manía? Yo lo hago todo el tiempo, con el detalle de que no acabo de corregirlas, por ejemplo, esa dichosa manía de andar siempre con la aguja de la gasolina de mi guagua bien cerquita, o encima, de la E.

Desde que ando con un niño en el carro, siempre se me ha hecho difícil parar en la gasolinera, así que espero hasta el último suspiro de la gasolina en el tanque de mi guagua para ir al puesto. Afortunadamente, nunca me he quedado a pie por falta de gasolina. Creo que eso es lo que me falta para acabar de dejar de andar con la guagua sin gasolina… y que Mami deje de pelearme cuando recojo a Ernesto en la noche y le digo: “tengo que parar a echar gasolina”.

En las últimas semanas, me han pasado dos cosas que definitivamente me ayudarán a evitar pasar la vergüenza de cargar con el galón rojo por el medio de la carretera.

No sé si les había contado que finalmente, compré la guagua que quería. Ya mi guagüita no daba para más, así que la di en “trade in”. Estuve ocho horas en el “dealer”, en busca del negocio que yo quería, pero ese es otro cuento que les hago luego. El punto es que cuando el vendedor me la entregó y me enseñó a usar toda esa tecnología con la que vienen los carros ahora, me dijo: “esto es lo que más le gusta a las mujeres”. “Qué falta de perspectiva de género tiene este vendedor”, pensé. Pero luego descubrí que tenía razón. La pantalla táctil de la guagua tiene un panel en el que puedo ver cuántas millas me quedan por recorrer con la gasolina que tiene el carro. Mi meta hasta el momento es que, como siempre voy a esperar a casi quedarme a pie para volver a echar gasolina, ese millaje disponible no baje de 5 millas. Mi jefa me dice, “nena, eso es un estimado”. Así que yo le doy 5 millas de margen de error pa’ asegurarme de nunca tener que pasar la vergüenza o tener que llamar al programa de Asistencia en la Carretera. Hasta ahora, en las primeras semanas de uso, me ha ido súper. Espero que nunca se dañe esa tecnología y que cada día la mejoren más y más.

El otro GRAN descubrimiento ha sido esa aplicación que se llama Gasolina Móvil. No sé si la conocen; yo la descubrí a través de un compañero de trabajo y, aunque todavía tiene pocas estaciones participantes, eso de no tener que bajarme cuando ando con Ernesto es una maravilla.

A ustedes, ¿les pasa igual? ¿Qué trucos tienen para evitar andar siempre en la E?