8:10 a.m., como pasajera de un Uber – Hace como un año, me entró la cantaleta de comprarme un auto nuevo. Saldé mi guagua hace dos años y, cuando la saldé, me juré que estaría con esta por lo menos tres o cuatro años más.

Sin embargo, me encontré a un amigo que trabajó hace un tiempo como vendedor de carros el otro día y me vino con lo mismo de siempre: “cuándo vas a salir de la guagua esa, chica”.

La verdad es que, más o menos, desde que la guagua tiene dos años me entró la manía de que pagaba demasiado por ella comparada con otros autos más lujosos. Cuando la compré, me fui sola al dealer, y no fui la mejor negociante, pero era la primera vez desde que soy conductora que tenía el privilegio (gracias a un trabajo más estable) de comprar un carro nuevo. Y, repito, no fui la mejor negociante, así que pasé años visitando dealers de vez en cuando y pensando en la forma de cambiarla, hasta que la saldé. En ese momento, me reenamoré de mi guagüita. “Me voy a asegurar de cuidarla mucho para tenerla hasta que ya no pueda más”, me dije desde entonces. Hace seis meses, le cambié las gomas y con lo caras que son, tampoco quería saber de regular esa inversion a cualquier comprador que no la vaya a valorar. Hasta hace un mes.

El mes pasado, empezó a dar candela. Primero, una cosita, que le arreglé. Luego, otra. Hasta que me cansé y decidí no invertir más. El arreglo más reciente, me lo acaba de pedir. Salí de dejar a Ernesto en la escuela, me paré a echar gasoline y luego no prendió. Suerte que el mecánico está cerca, así que lo llamé, llamé al servicio de asistencia en la carretera que pago con mi seguro privado y llegamos hasta el mecánico.

Cuando le escribí a mis compañeros la razón por la que nuevamente llegaría tarde a la oficina, una de ella me contestó: “ves lo que digo, esas son las falsas economías”, y tiene toda la razón del mundo, así que le dije al mecánico que me ayudara a prenderla con la menor inversión possible porque la guagua no pasa de este mes conmigo.

Pedí un Uber (desde el que escribo) y voy directito a un area de San Juan que tiene varios dealers para ir definiendo mis alternativas. Estoy bastante clara del carro que quiero (y siempre he querido), pero a los que tengo que convencer son a los chavitos.

Ya veremos, deséenme suerte.